A pesar de que México es uno de los principales mercados para el whiskey en América Latina, la preferencia de consumo se mantiene del lado del blended scotch whiskey. Si bien es cierto que el resto del mundo comparte esta tendencia, de ahí que el 90% del whiskey que se destila dentro de ese país termine mezclado, resulta interesante ver cómo la preferencia por el single malt se ha fortalecido en la gran mayoría de los principales países consumidores de whiskey.
Nuestro mercado por su parte también avanza en esa dirección, aunque lo hace significativamente más lento que el resto. Las razones parecen ser dos: primero, que la mayoría de los consumidores encuentran en blended scotch de toda la vida una zona de confort, y segundo, porque muchos whiskeros perciben erróneamente al mundo del single malt como algo muy especializado, confuso y de difícil acceso.
Considerando el tamaño del mercado y la cantidad de nuevos adeptos que se suman año tras año al consumo de whiskey en nuestro país, resulta lógico encontrarse con un sector que ha desarrollado un marcado interés por líquidos de procedencias diversas como Japón, Estados Unidos, Canadá y por supuesto Irlanda, gracias a la oferta de nuevas expresiones que se incorporan, lo mismo de la mano de destilerías centenarias, que de productores nuevos que poco a poco buscan ganar terreno.
Esta creciente inclinación en el mundo por las nuevas experiencias que el single malt puede ofrecer no ha pasado desapercibido en la industria irlandesa.
El repunte del irish whiskey se debe en gran medida a que se han dedicado a escuchar al mercado, logrando convertirse en la categoría con mayor desarrollo en la última década. Cabe recalcar que el punto de quiebre se presentó cuando en 2010 Bushmills Distillery decidió competir en concursos internacionales con sus whiskies de malta, consiguiendo más de 100 medallas e incontables menciones en publicaciones especializadas, dando pie al inicio a una nueva revolución irlandesa en el mundo del whiskey que hoy no tiene trazas de parar.
Pese a que México resulta un gran jugador para la categoría en escala global, es una realidad que el líquido irlandés recién comienza a permear entre los amantes de este destilado. Si consideramos que nuestro universo del whiskey irlandés ha sido configurado a lo largo de los años por apenas dos o tres marcas, destacando Bushmills Black Bush entre ellas, resulta muy lógico entender los porqués de que la categoría todavía resulta confusa.
Whisky o whiskey: ¿cuál es el correcto?
El ejemplo más claro es el eterno debate entre si se escribe whisky o whiskey, siendo que ambos se refieren exactamente a la misma categoría y al mismo líquido y existen más por razones históricas que por delimitantes relacionadas con una denominación. Cualquier whiskey puede ser llamado whisky, y dada la universalidad del whisky ante el hecho de que se puede producir en cualquier parte del mundo, hoy es más relevante hablar de estilos y procesos, que de procedencias geográficas específicas.
Es muy habitual pensar en el whiskey irlandés como un líquido suave y elegante por definición. Sin embargo, como ocurre con los whiskies provenientes de cualquier parte del mundo, los absolutismos no existen, y lo mismo puede ocurrir que encontremos Irish whiskey sutiles y frutales, que la cara opuesta con líquidos jóvenes, picantes y desbalanceados. El perfil va a depender siempre de lo que cada master blender del whiskey busca ofrecer a sus consumidores, la cantidad de líquido que requiere para cumplir con su mercado (más industrial o más artesanal), la paciencia, y sobre todo el juicio a la hora de definir sus procesos de producción.
Es importante recalcar que esta imagen que posee el estilo del Irish en el mundo es en realidad el verdadero espíritu de Bushmills Single Malt, enmarcado por su carácter suave, frutal y complejo, gracias a la triple destilación en alambique tradicional de cobre a la que sometemos nuestra malta después de haber sido secada con aire caliente, lo que crea perfiles intensos de aromas de fruta fresca y malta, capaces de evolucionar de manera extraordinaria dentro de la amplia selección de barricas exóticas que trabajamos a mano para crear perfiles memorables por su profundidad, intensidad y carácter.
La suma de estos factores es la razón por la que cada vez más consumidores tienen a Bushmills como la primera opción cuando de whiskey de malta se trata, y la base para el futuro crecimiento de nuestro whiskey en el mercado global incluido por supuesto el mexicano.
Sláinte!