The Old Bushmills Distillery es la destilería más antigua del mundo, y es una destilería de Malt Irish Whiskey. De hecho, es de las pocas destilerías que tiene el control desde el malteado del grano hasta el embotellamiento. Esto se traduce en que cuidamos absolutamente todo el proceso de la producción de nuestros líquidos, hoy en día algo poco común. Como dice Colum Egan, nuestro Master Distiller “No somos buenos por viejos, somos viejos por buenos”, más de 400 años de experiencia y tradición nos han llevado a establecer la perfección a la hora de hacer whiskey de alta calidad, como su emblemático Bushmills 10.
Bushmills 10 Years: experiencia y tradición en una botella
Nuestra primera expresión es Bushmills 10 Years Old, un Single Malt que fue reconocido como el mejor Single Malt Irish Whiskey del mundo por los World Whiskies Awards en 2013.
Para lograr esta distinción seguimos un minucioso proceso de tostado de la cebada con aire caliente para preservar sus notas, así como una fermentación lenta de más de 60 horas en toneles de madera de pino seguido de tres destilaciones consecutivas en alambiques de cobre tradicionales. Con ello logramos un corte perfecto de los alcoholes más finos para garantizar la suavidad y sutileza de nuestro líquido. Finalmente, añejamos nuestro destilado en barricas de roble blanco americano y roble europeo exjerez por más de 10 años.
Es importante mencionar que el 60% del sabor del whiskey proviene de las barricas y que, por ende, es uno de los factores más importantes a la hora de producir whiskey.
En Bushmills somos conscientes de ello, es por lo que hemos decidido mantener la tradición y artesanía en nuestra tonelería. Alastair y Chris Kane, tercera y cuarta generación de maestros toneleros en nuestra destilería son los responsables del armado y mantenimiento de las barricas en las que dormirá el whiskey durante una década para lograr su mejor expresión.
¿Sabían que en Irlanda solo quedan 6 toneleros y que de los 6, 2 son los responsables de todo el whiskey Bushmills que se añeja? El resultado es un whiskey de color brillante y cobrizo, con una aroma fresco y especiado con notas a miel y fruta madura. Su sabor ofrece toques sutiles de vainilla, chocolate de extraordinario balance que se combina con las notas de fruta madura y maderas tostadas.
Para todos aquellos a los que nos gustan los destilados tal y como son. Derecho o en las rocas. Se disfruta despacio y dejando que sus aromas y sabores envuelvan nuestro paladar y boca hasta llevarnos a las lejanas tierras de Irlanda del Norte. Excelente para abrir el apetito o para cerrar una comida, aunque también se disfruta sin pretexto, sin complejos, sin pretensiones. Un whiskey sofisticado como los de antes.
Para los más atrevidos, recomendamos maridar con platos condimentados o dulces postres. Aunque nuestro maridaje favorito siempre ha sido, es y será el tocino donde sus sabores dulces, tostados y ligeramente salados se combinan de manera excelente con nuestro whiskey para un maridaje de acompañamiento.
¡Sláinte!