Sabemos que no existe una respuesta definitiva ante las eternas preguntas: ¿cómo se debe tomar el whiskey? o ¿cuál es un buen whiskey suave para beber solo? En realidad, depende de un sinfín de variables a considerar.
Con hielo, neat, con agua, mezclado, con piedras… todas estas pueden ser formas válidas, dependiendo de una serie de factores a tener en cuenta.
¿El whiskey se toma solo o con hielo?
La manera más fomentada entre los amantes del whiskey, sobre todo de malta, es neat, es decir derecho, sin agregar agua, hielo o algún otro elemento ajeno al líquido contenido en la botella.
Puede ser en un tradicional vaso old fashioned, o mejor aún, en una copa con forma tulipán, o en una Glencairn que nos ayuda a volatilizar un poco el alcohol a los laterales para recibir de mejor manera los aromas hacia la nariz. Esta es, sin lugar a dudas, la mejor manera de apreciar todo el trabajo que hay detrás de Bushmills Single Malt.
Bushmills 21 años es un whiskey suave para beber solo, es decir, ideal para consumo neat, ya que su guarda en madera de Madeira hace que adquiera notas elegantes de flores y frutos tropicales que evolucionarán en el vaso con el paso del tiempo, generando una experiencia de consumo larga y placentera en todo momento.
Hay que considerar que todo esto se puede ver arruinado si estamos en un clima exageradamente cálido, ya que la volatilidad del alcohol se puede volver agresiva en nariz y en boca, en cuyo caso sería recomendable refrescar la botella de whiskey antes de servirlo, y hacerlo en pequeñas cantidades.
No debemos temer a agregar una buena roca de hielo a nuestro whiskey. Si bien puede resultar ofensivo para algunos puristas, aquí las atenuantes giran en torno al clima y al tipo de whiskey que estemos consumiendo.
Una roca de hielo muy fría y sólida le vendrá muy bien a nuestro Bushmills 10 años en un ambiente caluroso; mientras el hielo se derrite, va aportando pequeñas cantidades de agua que irán apagando algunos aromas conforme enfría, pero también lo harán dulce y exaltarán su lado frutal. Es importante considerar no hacer tan prolongado el tiempo de consumo, ya que la cantidad de agua terminará excediendo al whiskey y la dilución hará que se pierdan sus mejores características.
Agregar una pequeña cantidad de agua fresca al whiskey (de unas cuantas gotas hasta un par de cucharaditas de agua, dependiendo del tipo de whiskey) es benéfico para la experiencia, no sólo de cata, sino de consumo. El agua provocará que las moléculas de etanol se abran y bajen, dando paso a la superficie a moléculas menos pesadas como los ésteres, quienes se encargan de los aromas frutales que tanto podemos disfrutar en nuestro whiskey.
Bushmills 16 años es una clara muestra de ello. Su paso por madera de Bourbon y de Oloroso Sherry, más su final en barrica de Oporto, lo dotan de una cantidad extraordinaria de aromas de guarda, que con apenas un par de gotas de agua, da paso a una calidad aromática frutal, de mermeladas, frutos rojos, compotas, higo, pasas, chocolate y avellanas, que lo enaltecen por completo.
¿El whiskey se toma solo o puede usarse en la mixología?
La coctelería no está peleada con el consumo de whiskey, por el contrario, algunos de los clásicos más solicitados son elaborados con base en este destilado.
Old Fashioned, Manhattan, Sazerac, Penicillin, etc., se encuentran entre los tragos más recurrentes, aunque no son los únicos, ya que también podemos encontrar muchos cócteles frescos, tragos largos, y clásicos reversionados. Bushmills 10 años, es un single malt muy fresco que justamente nos permite jugar con elementos de coctelería tanto clásica, como contemporánea.
Finalmente las Whiseky Stones se popularizaron hace algunos años con la promesa de enfriar tu whiskey sin diluirlo. Puede que ayuden a bajar la temperatura del whiskey en el vaso, pero el problema radica en cómo tratamos esas piedras, tanto en la guarda, como en la sanitización de las mismas.
Pueden aportar aromas desagradables de refrigerador al whiskey o sabores de detergente, en dado caso de que se haya utilizado alguno para lavarlas. Por ello, son consideradas más una moda snob que un aporte real y funcional al consumo del whiskey. El hielo, el agua y, en su caso, refrescar la botella antes de servir son mucho mejores opciones y sí pueden terminar por influir de buena manera en el disfrute de nuestro Bushmills.
La decisión es completamente personal. No olvidemos que cada paladar es único y que cada quien disfruta las cosas de manera distinta. No hay recetas escritas en piedra, ni formas mágicas de hacerlo. Lo importante es probar, experimentar y determinar cuál es la mejor manera que cada quien tiene para consumir nuestro Bushmills favorito.