Tomar whiskey derecho suele estar rodeado de mitos en relación a la “mejor manera” o la “manera correcta” de disfrutarlo.
La realidad es que no existen absolutismos en temas de consumo, debido a que cada paladar es único y cada uno recibe e interpreta, aromas, sabores y sensaciones de maneras muy personales. Es por eso que más que hablar de “cómo se debe” de tomar tal o cuales bebidas con whiskey, vamos a ver los caminos sobre los que podemos acercarnos para entender la categoría y, con base en eso, determinar cuál es la manera en que más lo podemos disfrutar individualmente.
La mejor forma de tomar el whiskey derecho
La manera de iniciarse siempre en la prueba de un nuevo destilado es servirlo neat, es decir, derecho. Los destilados premium o de categorías superiores, suelen tener un trabajo importante en el desarrollo de aromas y sabores que bien vale la pena explorar, con el único fin de identificar qué es lo que estamos tomando.
El whiskey, la bebida con mayor cantidad de aromas y sabores, naturalmente no es la excepción. Así que lo primero que podemos hacer es probar el whiskey derecho a una temperatura de consumo que oscile entre los 18 y 20°C.
Esto hará que la volatilidad del alcohol esté controlada y no sea picante ni en nariz ni en boca, y permitirá al mismo tiempo que el resto de los aromas se exprese de buena manera. Menor temperatura hará que los aromas se inhiban y tengamos una cualidad aromática más cerrada; mayor temperatura hará que el alcohol evapore con mucha facilidad y será molesto.
Una forma muy probada de disfrutar de un whiskey neat es agregar paulatinamente pequeñas cantidades de agua fresca sin gas.
Mientras más jóvenes y frescos sean los whiskies, de 12 años hacia abajo, serán también más susceptibles de recibir mayores cantidades de agua, que ayudarán a aminorar la sensación alcohólica y a abrir de manera paulatina aromas y sabores generados a lo largo de todas las etapas del proceso de producción del whiskey. Lo más importante durante este ejercicio es identificar hasta dónde puede recibir agua para no diluir en exceso.
Los whiskies con edades mayores de 15 años tenderán a aceptar menores cantidades de agua para expresarse de mejor manera, sobre todo haciendo que disminuyan los aromas de guarda y afloren los aromas frutales y frescos a malta que todavía pueda conservar el whiskey.
El alcohol en estas edades o superiores suele estar mejor integrado en el líquido y, en este caso, la función central del agua será la de hacer que se desencapsulen el resto de los aromas, siendo apenas un par de gotas suficiente en algunos casos. A pesar de que este suele ser un ejercicio enfocado a la cata del whiskey, la realidad es que funciona muy bien en términos de consumo.
El hielo también es una buena manera de consumir el whiskey derecho, sobre todo con whiskies jóvenes y frescos.
La recomendación en el caso de que disfrutemos el whiskey en climas cálidos es recurrir a enfriar la botella como lo haríamos con una de vino o, en su defecto, agregar un cubo grande y muy frío de hielo para que la dilución sea muy lenta y el agua vaya haciendo que los aromas se pronuncien hacia la parte alta del vaso sin que tengamos una excesiva dilución.
El uso de agua gasificada en el famoso highball es muy recurrente de igual forma en este tipo de climas; si disfrutamos agregando agua al whiskey es mejor elegir una que tenga burbuja pronunciada y que vuelva el trago refrescante. Para ello, hay que elegir whiskies frutales y frescos preferentemente de malta.
El uso de piedras comerciales y “hielos” de metal no es tan recomendable, debido a que no alcanzan la temperatura adecuada para disminuir la del whiskey y pueden añadir elementos indeseados, desde aromas de refrigerador hasta olores de detergente poco agradables que pueden echar a perder nuestro destilado.
Cómo acompañar un whiskey derecho
Finalmente una manera de potenciar las características de nuestro whiskey favorito y disfrutarlo de manera muy simple y rica en casa es acompañarlo con chocolates, quesos, charcutería, mariscos, ceviches, carnes asadas, conservas, mermeladas, mieles, etc.
El maridaje con un whiskey derecho hará que los aromas y sabores se equilibren o se potencien según sea el caso, y jugar con todos estos elementos nos llevará a descubrir nuevas sensaciones y nuevos sabores que suelen ser inesperados y sorprendentes.
Es importante cuidar la temperatura del whiskey y la sensación alcohólica para generar una experiencia ideal. Atrévanse a probar que, para descubrir tesoros, primero hay que explorar. ¡Salud!