En los últimos diez años hemos sido testigos de un crecimiento exponencial del interés por el whisky en México.
Inicialmente fue el escocés, con los primeros Blended Scotch Whisky que llegaron a conquistar los paladares de nuestros padres y abuelos. En los dos últimos años, los Single Malt han sido los protagonistas en las conversaciones de los más aficionados. Hoy se habla sobre las destilerías japonesas y se escucha un murmullo cada vez más claro sobre nuevas tendencias en el mundo de bourbon, y en los próximos meses y años asistiremos al renacer del whiskey irlandés.
En este apasionante pero complejo mundo, es cada vez más difícil decidirse por estilos, países y variantes. Entonces ¿cómo lograr encontrar el whisky perfecto para la ocasión?
A continuación, trataremos de desmitificar algunas ideas erróneas sobre el whisky.
Mitos y realidades sobre los mejores whiskys
“El Scotch es el mejor whisky”
El whisky escocés goza de una gran reputación debido a su calidad, pero también a su desarrollo en los últimos 200 años. Efectivamente este whisky fue el primero en industrializarse y en exportarse masivamente, ya que entre 1830 y 1850 la mayoría de las destilerías de Escocia se equiparon con los innovadores alambiques de destilación continua, permitiendo así destilar más rápido, más barato y con menor desperdicio.
Por otra parte, entre 1870 y 1900 el whisky escocés se exportó con gran éxito hacia sus vecinos del sur, Reino Unido y Europa occidental, como también cruzó el Atlántico, encontrando en la costa Este un gran éxito comercial. Al poco tiempo se declara la ley Seca en Estados Unidos propiciando aún más el amor por este líquido.
Finalmente, al terminar la Segunda Guerra Mundial, Reino Unido estaba arruinada, por lo que impulsó sus productos de exportación; uno de ellos era el Scotch, logrando de esta manera que el whisky escocés se convirtiera en la bebida de moda en el nuevo mundo.
Dicho de otra manera, el whisky escocés es bueno, nadie lo cuestiona pero sobre todo, tiene muy buena fama por su historia. La calidad de un whisky no solo responde ante su fama, al igual que en todas partes, existen excelentes whiskies escoceses, como también los hay menos recomendables.
“El Single Malt es mejor que el Blended”
Lo correcto sería decir el Single Malt es diferente del Blended. La realidad es que son dos tipos de whisky muy diferentes por lo que compararlos o decir que uno es mejor que el otro no tiene mucho sentido.
Un Single Malt es un whisky producido con cebada malteada, destilado en alambiques de cobre tradicionales y proveniente de una sola y misma destilería. Un Blended es un whisky producido a partir de varios granos (cebada, trigo, centeno, maíz), destilado en alambiques de destilación continua y es el resultado de la mezcla de caldos de diferentes añadas, barricas y que pueden proceder de diferentes destilerías.
La realidad es que ambos son muy difíciles de producir si queremos obtener la más alta calidad. Todo influye, la materia prima, el proceso y la mezcla. Un trabajo de alquimista realizado por los más grandes expertos. Nuevamente existe esta idea por la percepción que se tiene de los Blended; suelen ser más baratos, suelen ser marcas más democráticas, pero eso no implica que sean mejores o peores. Existen muy buenos Blended como también existen muy malos Single Malt.
“Los whiskies muy añejos son mejores”
Empecemos por pensar en que es lo mejor para nosotros. ¿Qué nos gusta? ¿Ante qué responde nuestro paladar? Cuando un whisky se añeja, la barrica aporta notas a madera, especias, cuero, chocolate, tabaco, café, etcétera… pero si un whisky se añeja mucho, estás notas pueden llegar a opacar las notas cítricas, herbales, florales de un whisky más joven. Cada quién tiene su definición de lo mejor. Sin embargo, lo que define un buen destilado es el balance, es decir el perfecto equilibrio entre aromas y sabores; ni muy dulce, ni muy seco, ni muy especiado.
Generalmente los whiskies más balanceados se encuentran entre los 14 y 21 años, pero no es una regla absoluta. Es posible encontrar whiskies maravillosos desde edades más tempranas, como también es posible encontrar whiskies muy equilibrados con edades más cercanas a los 30 años. Todo depende del tipo de barrica, de las condiciones de añejamiento y de los factores externos cómo temperatura y humedad. En cuestión de gustos no hay reglas.