“El whiskey debe tomarse derecho”
“No, mejor échale unas piedras de río frías”
“A mí me gusta con hielo y agua mineral”
¿Cuántas veces no hemos escuchado alguna de estas oraciones?
La clásica pregunta, de cómo debe de tomarse un whiskey parece no tener respuesta…
En realidad, si la tiene, y es que debes tomártelo como a ti te guste.
Ahora que ya liberamos la presión acumulada durante varias generaciones de conservadores tomadores de whiskey podemos hablar con franqueza y delimitar algunos códigos que nos permiten saber cómo y cuando tomarnos un whiskey y disfrutarlo de verdad.
El trago “neat” es para los puristas la manera adecuada de tomar un whiskey, ya que es la mejor manera de poder percibir todos los aromas y sabores que este preciado líquido tiene para ofrecer.
Enfriarlo con hielo apagará sus exuberantes notas y mermaría la experiencia, por lo contrario, diluirlo con unas pocas gotas de agua mineral expandirá sus aromas y mejorará la experiencia.
Para los amantes del whiskey, no tan estrictos, se recomienda refrescar el vaso con hielos o con piedras frías. De esta manera se disfruta de un whiskey sin tener que prestarle toda la atención. Es para un consumo casual y relajado, pero disfrutando del líquido y sin perder el estilo.
Para el bebedor social, pero no menos amante del whiskey se recomienda en un Highball con agua mineral… de hecho y aunque no lo crean, el Highball es el trago que democratizó el whiskey en las clases altas británicas a finales del siglo XIX, justo cuando faltó coñac y se empezó a gasificar el agua. Es más, el Highball es probablemente la manera más adecuada de disfrutar de este líquido con una acalorada conversación, algo de música y muchas, muchas ganas de bailar. El agua con gas permite enaltecer las notas de los whiskies más frescos y afrutados… por ejemplo un Bushmills Black Bush.
Para el amante de los cócteles…
Bien aquí tenemos una gran variedad de posibilidades ya que los cocteles clásicos más emblemáticos de la historia nacieron siendo whiskey. Por ejemplo, un Old Fashion, un Manhattan un Mint Julep o un Penicilín entre muchos otros célebres representantes de esta extraordinaria manera de disfrutar el whiskey. Todo bartender que se respeta tiene un solo objetivo a la hora de crear un coctel y es poder ofrecer a su cliente un experiencia genuina y única que solo puede lograrse al mezclar de manera adecuada varios ingredientes.
Por último, pero no menos importante podemos disfrutar del whiskey combinándolo con la gastronomía. Es una categoría extremadamente fácil de maridar siempre y cuando se considere una regla, déjense sorprender. No le tengan miedo al whiskey y no le tengan miedo a experimentar. Lo más usual es que cuando alguien se pregunta con qué se puede tomar el whiskey en cuanto a maridaje, escoja chocolate o queso… funciona, pero pensamos que nuestros lectores querrán conocer opciones menos comunes y más atrevidas. Esperen la próxima publicación.
Mientras tanto… Sláinte!
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